¡Hola amigos! Les pregunté en mi instagram si querían saber mi historia con la celiaquía y muchos dijeron que sí así que se las voy a contar.
En 2008, cuando yo tenía 10 años, mi mamá me llevó a una pediatra nueva porque hacia mucho tiempo que no aumentaba de estatura ni de peso (21kg) y además porque ya iba a comenzar mi etapa de desarrollo en la adolescencia y quería constatar que todo esté bien. La pediatra me mandó a realizarme muchos análisis con diferentes anticuerpos, incluido el de la celiaquía y adivinen qué, dio negativo. La doctora nos dijo que el examen de celiaquia lo teníamos que repetir pero que lo hagamos en un laboratorio privado porque en los de las clínicas solía haber errores.
Mis papas pagaron en ese laboratorio y me sacaron de nuevo sangre. Ese análisis dio positivo.
Una vez que ya teníamos el análisis positivo en mano, tenía que hacerme una endoscopia y una biopsia instestinal, que es un paso obligatorio para todo diagnostico de celiaquía. Mi estudio demoró un poco porque mi obra social no conseguía un anestesista infantil por lo que mis papás tuvieron que pagar uno particular.
Yo mucho no entendía, me empezaron a explicar que iba a tener que comer cosas que no contengan tacc, el símbolo y qué cosas no iba a poder comer pero, entre nosotros, yo estaba más preocupada por el acto del colegio que me iba a perder por tener que hacerme ese estudio. Además todo eso pasaba muy cerca de mi cumpleaños y yo quería disfrutarlo como siempre no con algo nuevo.
El día que me realizaron la endoscopia no recuerdo haber estado asustada. Esperé a que me llamaran con mis papás y mis abuelas. Me llamaron y entre con mis papás y la bata puesta. Me subieron a una camilla y me recosté, el doctor me dijo que me iban a poner una mascarilla, que iba a sentir como olor a queso y que tenía que contar de diez para atrás. Me pusieron la mascarilla y lo primero que pensé es en que me mintió porque no tenía olor a nada pero empece a contar. Creo que conté solo dos números y ya no recuerdo más de ese momento. Me desperté en otra habitación, en una camilla, con mi mamá al lado. No entendía nada y me dolía la garganta, también sentía sabor a sangre. Me sacaron de la mano una agujita intravenosa que tenía clavada y eso sí que me dolió. Nada de ese proceso me generó alguna angustia o mal estar emocional, aún siendo tan chica. Me fui a mi casa.
En los días de espera hasta que tuve los resultados pasaron varias cosas. Mi mamá me mostraba mucho los alimentos con el símbolo, me explicaban y también organicé mi cumple en el que pedí que todo fuera como siempre, la torta como las hacía mi mamá, lo que iban a comer mis amigas y yo. Ya había entendido que no iba a poder comer más eso y que me hacía mal pero no quería que todo cambiara para mi cumpleaños. Mi familia lo comprendió.
Cuando me dieron los resultados, fui diagnosticada con celiaquía, y también tenía una gastritis crónica por el mal estado de mi intestino. Comencé mi dieta sin tacc y durante un tiempo también casi sin lactosa por la gastritis. Me mandaron también tres remedios, uno era calcio, vitaminas y otro polvito que no recuerdo para qué era, solo sé que era horrible y que vomité un par de veces por tomarlo. También comencé a ver a un gastroenterologo infantil a cada rato. Me siguieron sacando sangre varias veces seguidas más y luego dos veces más pero anualmente para chequear.
En lo social, no era muy complicado para mi porque mis papás se encargaban de hablar con por ejemplo, el colegio, papás, maestros cuando me iba de campamento y ellos me cuidaban. A mis amigos les explicaba yo, una y mil veces y a un montón de chicos con los que me cruce en cumpleaños, campamentos o reuniones.
No había tantas cosas con el simbolito y las galletitas que había no me gustaban. Mi mamá y mi abuela cocinaban muchas cosas y yo probaba todo pero era, y soy, muy quisquillosa con la comida por lo que se dificultaba un poco. Casi siempre comía chocoarroz, era lo único que me gustaba. Mi papá dejo de comprar cosas con gluten durante un tiempo pero a mi eso no me gustaba porque él no tenía por qué no comer ciertas cosas si con los respectivos cuidados no pasaba nada. Mi mamá al principio estaba un poco obsesiva con el tema de la ollas, coladores y demás pero eso fue cambiando y cada uno se adaptó bien.
Nunca comí nada que no era apto intencionalmente pero una vez con mi familia tuvimos una equivocación y comí, un montón, de chizitos de una marca no apta porque habíamos entendido que eran aptos y yo los extrañaba un montón. Claramente me hicieron mal, me descompuse y volvimos a investigar paso por paso qué comí hasta que nos dimos cuenta que había sido eso. Ahí también volví a repetir muchos análisis para ver si no era algo nuevo o era que me había contaminado con gluten.
Antes de mi diagnostico yo era una nena muy tímida y no era muy sociable fuera de mi entorno familiar. Para que se den una idea, no jugaba en una plaza si había nenes. Después comencé a relacionarme más y a ser un poco menos tímida pero el cambio fue muy notable.
Mi adolescencia fue un poco difícil por varios motivos y eso afectaba mi estado de ánimo por lo que algunas situaciones, como cuento en el post de la vianda, me ponían un poco incómoda con respeto a la celiaquía.
Desarrollé ese poder especial que tenemos los celíacos de divisar el simbolito desde metros y de encontrarlo súper rápido en los productos que tenemos en la mano.
Si se preguntan si tuve antojos... sí, muchos. También pensé en dejar la dieta. A veces solo quería una medialuna común. Mi mamá una vez me dijo que había problemas peores que, por ejemplo, necesitan medicación de por vida. Igualmente, si te sentís de esa forma con respecto a la celiaquía, no lo dejes pasar porque otras personas tienen problemas más graves y tomate un ratito de tu día para analizar los pro y lo cotra. Te aseguro que ganan por mucho los pro.
Lloré muchas noches por ser celíaca, preguntándome por qué yo tenía que tener esta enfermedad, por qué no podía ser "normal". Pasé de largo muchas invitaciones y salidas, evite lugares para ir a cenar por no querer entrar a preguntar si tenían menú apto.
Hice terapia, por muchos motivos, pero descubrí algo con respecto a la celiaquía que debía haber sabido y sentido desde siempre, yo soy normal. Soy como todos las personas, no soy un bicho raro como me había autodenominado y sentía por la mirada de todos los demás que, solamente estaban llenas de curiosidad. Además prioricé mi salud, que es lo que más importa. Ser celiaco no te hace diferente en ningún aspecto salvo en tu obligación (si querés estar sano) a la hora de elegir qué comer. Podes salir a comer con amigos, ir a reuniones familiares, irte de vacaciones, sólo que tenes que tener cuidado con la comida. Yo acepté mi celiaquía y una vez que di ese gran y difícil paso, todo me resultó más cómodo, dejé de ponerme mal en algunas situaciones (aunque algunas todavía me cuestan), investigo y pruebo nuevos sabores.
En Julio del 2017, bajé 4/5kg sin darme cuenta, en pocos días. Cuando lo noté, consulté a un gastroenterologo y me mandó a controlar de nuevo el anticuerpo para la celiaquía y a iniciar los trámites para una nueva endoscopia y biopsia intestinal. Así que sí, puedo contarles también cómo viví ese proceso siendo más grande.
Me hice análisis de sangre y un electro, todo estaba bien así que me dieron turno. Fui con mis papás y ahora sí estaba un poco asustada. Me llamaron y esta vez entré sola. Me desvestí solo la parte de arriba y me pusieron una bata y unos cubre zapatos. Cuando estaba en la camilla miraba para todos lados, había dos o tres doctores. Uno era el gastroenterologo que me estaba atendiendo. Me preguntaron si estaba nerviosa y dije que un poco. El gastroenterologo volvió a chequear mis análisis y me dijo que el de la celiaquia había dado bien y una doctora preguntó "¿entonces dejó de ser celiaca?" (si, yo también me indigné) y el doctor le dijo que no, que eso demostraba que yo estaba haciendo bien la dieta y que por eso estaba sana. Me pincharon el brazo, como cuando te van a sacar sangre pero para ponerme la agujita intravenosa. No recuerdo bien cómo pero me dormí. Me desperté en otra habitación con mi mamá al lado sin entender nada, ella me dijo que me quede tranquila que ya está y que no haga fuerza por estar despierta. Me dormí otro ratito y ya después me desperté bien y charlé con ella hasta que tuve un poco más de fuerza, me paré y cambie. El doctor le había dicho a mi mamá que todo estaba bien, que mi intestino no tenía daño.
Personalmente, controlo mi peso bastante seguido pero más por costumbre y por lo general, si bajo, es porque por algún motivo me estuve salteando las comidas o por estrés.
También cuando me duele la panza después de que comí algo automáticamente repaso todo lo que comí y si es una comida, qué cosas usé para ver si pudo haber alguna contaminación cruzada o alguna equivocación. Cuando me aseguro que no comí nada con gluten, espero tranquila a que se me pase, como un dolor de panza normal porque como dije, somos personas normales a las que les puede doler la panza como a cualquier otro por motivos como, que te caiga pesado un alimento o tu estómago no lo digiera bien.
Como párrafo final quiero decirles que cada uno tiene su forma de procesar y analizar en su vida diferente a la de los demás. Es importante que se tomen el tiempo de entender el cambio por el que están pasando así les tome poco o mucho tiempo. A mí me llevó años, descubrí que me gusta mucho ayudar a otros celíacos y eso me ayuda bastante a llevar la dieta día a día.
¡Espero que te haya servido de ayuda este post! Si es así podes contármelo dejando un comentario o por mensajito en algunas de mis páginas instagram y facebook.
En 2008, cuando yo tenía 10 años, mi mamá me llevó a una pediatra nueva porque hacia mucho tiempo que no aumentaba de estatura ni de peso (21kg) y además porque ya iba a comenzar mi etapa de desarrollo en la adolescencia y quería constatar que todo esté bien. La pediatra me mandó a realizarme muchos análisis con diferentes anticuerpos, incluido el de la celiaquía y adivinen qué, dio negativo. La doctora nos dijo que el examen de celiaquia lo teníamos que repetir pero que lo hagamos en un laboratorio privado porque en los de las clínicas solía haber errores.
Mis papas pagaron en ese laboratorio y me sacaron de nuevo sangre. Ese análisis dio positivo.
Una vez que ya teníamos el análisis positivo en mano, tenía que hacerme una endoscopia y una biopsia instestinal, que es un paso obligatorio para todo diagnostico de celiaquía. Mi estudio demoró un poco porque mi obra social no conseguía un anestesista infantil por lo que mis papás tuvieron que pagar uno particular.
Yo mucho no entendía, me empezaron a explicar que iba a tener que comer cosas que no contengan tacc, el símbolo y qué cosas no iba a poder comer pero, entre nosotros, yo estaba más preocupada por el acto del colegio que me iba a perder por tener que hacerme ese estudio. Además todo eso pasaba muy cerca de mi cumpleaños y yo quería disfrutarlo como siempre no con algo nuevo.
El día que me realizaron la endoscopia no recuerdo haber estado asustada. Esperé a que me llamaran con mis papás y mis abuelas. Me llamaron y entre con mis papás y la bata puesta. Me subieron a una camilla y me recosté, el doctor me dijo que me iban a poner una mascarilla, que iba a sentir como olor a queso y que tenía que contar de diez para atrás. Me pusieron la mascarilla y lo primero que pensé es en que me mintió porque no tenía olor a nada pero empece a contar. Creo que conté solo dos números y ya no recuerdo más de ese momento. Me desperté en otra habitación, en una camilla, con mi mamá al lado. No entendía nada y me dolía la garganta, también sentía sabor a sangre. Me sacaron de la mano una agujita intravenosa que tenía clavada y eso sí que me dolió. Nada de ese proceso me generó alguna angustia o mal estar emocional, aún siendo tan chica. Me fui a mi casa.
En los días de espera hasta que tuve los resultados pasaron varias cosas. Mi mamá me mostraba mucho los alimentos con el símbolo, me explicaban y también organicé mi cumple en el que pedí que todo fuera como siempre, la torta como las hacía mi mamá, lo que iban a comer mis amigas y yo. Ya había entendido que no iba a poder comer más eso y que me hacía mal pero no quería que todo cambiara para mi cumpleaños. Mi familia lo comprendió.
Cuando me dieron los resultados, fui diagnosticada con celiaquía, y también tenía una gastritis crónica por el mal estado de mi intestino. Comencé mi dieta sin tacc y durante un tiempo también casi sin lactosa por la gastritis. Me mandaron también tres remedios, uno era calcio, vitaminas y otro polvito que no recuerdo para qué era, solo sé que era horrible y que vomité un par de veces por tomarlo. También comencé a ver a un gastroenterologo infantil a cada rato. Me siguieron sacando sangre varias veces seguidas más y luego dos veces más pero anualmente para chequear.
En lo social, no era muy complicado para mi porque mis papás se encargaban de hablar con por ejemplo, el colegio, papás, maestros cuando me iba de campamento y ellos me cuidaban. A mis amigos les explicaba yo, una y mil veces y a un montón de chicos con los que me cruce en cumpleaños, campamentos o reuniones.
No había tantas cosas con el simbolito y las galletitas que había no me gustaban. Mi mamá y mi abuela cocinaban muchas cosas y yo probaba todo pero era, y soy, muy quisquillosa con la comida por lo que se dificultaba un poco. Casi siempre comía chocoarroz, era lo único que me gustaba. Mi papá dejo de comprar cosas con gluten durante un tiempo pero a mi eso no me gustaba porque él no tenía por qué no comer ciertas cosas si con los respectivos cuidados no pasaba nada. Mi mamá al principio estaba un poco obsesiva con el tema de la ollas, coladores y demás pero eso fue cambiando y cada uno se adaptó bien.
Nunca comí nada que no era apto intencionalmente pero una vez con mi familia tuvimos una equivocación y comí, un montón, de chizitos de una marca no apta porque habíamos entendido que eran aptos y yo los extrañaba un montón. Claramente me hicieron mal, me descompuse y volvimos a investigar paso por paso qué comí hasta que nos dimos cuenta que había sido eso. Ahí también volví a repetir muchos análisis para ver si no era algo nuevo o era que me había contaminado con gluten.
Antes de mi diagnostico yo era una nena muy tímida y no era muy sociable fuera de mi entorno familiar. Para que se den una idea, no jugaba en una plaza si había nenes. Después comencé a relacionarme más y a ser un poco menos tímida pero el cambio fue muy notable.
Mi adolescencia fue un poco difícil por varios motivos y eso afectaba mi estado de ánimo por lo que algunas situaciones, como cuento en el post de la vianda, me ponían un poco incómoda con respeto a la celiaquía.
Desarrollé ese poder especial que tenemos los celíacos de divisar el simbolito desde metros y de encontrarlo súper rápido en los productos que tenemos en la mano.
Si se preguntan si tuve antojos... sí, muchos. También pensé en dejar la dieta. A veces solo quería una medialuna común. Mi mamá una vez me dijo que había problemas peores que, por ejemplo, necesitan medicación de por vida. Igualmente, si te sentís de esa forma con respecto a la celiaquía, no lo dejes pasar porque otras personas tienen problemas más graves y tomate un ratito de tu día para analizar los pro y lo cotra. Te aseguro que ganan por mucho los pro.
Lloré muchas noches por ser celíaca, preguntándome por qué yo tenía que tener esta enfermedad, por qué no podía ser "normal". Pasé de largo muchas invitaciones y salidas, evite lugares para ir a cenar por no querer entrar a preguntar si tenían menú apto.
Hice terapia, por muchos motivos, pero descubrí algo con respecto a la celiaquía que debía haber sabido y sentido desde siempre, yo soy normal. Soy como todos las personas, no soy un bicho raro como me había autodenominado y sentía por la mirada de todos los demás que, solamente estaban llenas de curiosidad. Además prioricé mi salud, que es lo que más importa. Ser celiaco no te hace diferente en ningún aspecto salvo en tu obligación (si querés estar sano) a la hora de elegir qué comer. Podes salir a comer con amigos, ir a reuniones familiares, irte de vacaciones, sólo que tenes que tener cuidado con la comida. Yo acepté mi celiaquía y una vez que di ese gran y difícil paso, todo me resultó más cómodo, dejé de ponerme mal en algunas situaciones (aunque algunas todavía me cuestan), investigo y pruebo nuevos sabores.
En Julio del 2017, bajé 4/5kg sin darme cuenta, en pocos días. Cuando lo noté, consulté a un gastroenterologo y me mandó a controlar de nuevo el anticuerpo para la celiaquía y a iniciar los trámites para una nueva endoscopia y biopsia intestinal. Así que sí, puedo contarles también cómo viví ese proceso siendo más grande.
Me hice análisis de sangre y un electro, todo estaba bien así que me dieron turno. Fui con mis papás y ahora sí estaba un poco asustada. Me llamaron y esta vez entré sola. Me desvestí solo la parte de arriba y me pusieron una bata y unos cubre zapatos. Cuando estaba en la camilla miraba para todos lados, había dos o tres doctores. Uno era el gastroenterologo que me estaba atendiendo. Me preguntaron si estaba nerviosa y dije que un poco. El gastroenterologo volvió a chequear mis análisis y me dijo que el de la celiaquia había dado bien y una doctora preguntó "¿entonces dejó de ser celiaca?" (si, yo también me indigné) y el doctor le dijo que no, que eso demostraba que yo estaba haciendo bien la dieta y que por eso estaba sana. Me pincharon el brazo, como cuando te van a sacar sangre pero para ponerme la agujita intravenosa. No recuerdo bien cómo pero me dormí. Me desperté en otra habitación con mi mamá al lado sin entender nada, ella me dijo que me quede tranquila que ya está y que no haga fuerza por estar despierta. Me dormí otro ratito y ya después me desperté bien y charlé con ella hasta que tuve un poco más de fuerza, me paré y cambie. El doctor le había dicho a mi mamá que todo estaba bien, que mi intestino no tenía daño.
Personalmente, controlo mi peso bastante seguido pero más por costumbre y por lo general, si bajo, es porque por algún motivo me estuve salteando las comidas o por estrés.
También cuando me duele la panza después de que comí algo automáticamente repaso todo lo que comí y si es una comida, qué cosas usé para ver si pudo haber alguna contaminación cruzada o alguna equivocación. Cuando me aseguro que no comí nada con gluten, espero tranquila a que se me pase, como un dolor de panza normal porque como dije, somos personas normales a las que les puede doler la panza como a cualquier otro por motivos como, que te caiga pesado un alimento o tu estómago no lo digiera bien.
Como párrafo final quiero decirles que cada uno tiene su forma de procesar y analizar en su vida diferente a la de los demás. Es importante que se tomen el tiempo de entender el cambio por el que están pasando así les tome poco o mucho tiempo. A mí me llevó años, descubrí que me gusta mucho ayudar a otros celíacos y eso me ayuda bastante a llevar la dieta día a día.
¡Espero que te haya servido de ayuda este post! Si es así podes contármelo dejando un comentario o por mensajito en algunas de mis páginas instagram y facebook.
¡Un beso enorme!

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